Trapelacucha de Tres Cadenas

El siglo XIX dio a luz varios modelos de alhajas pero ninguna tuvo tanta popularidad como el prendedor, de tres cadenas o trapelacucha de diseño tradicional, el cual era infaltable en el ajuar de la novia. Pieza que en su conjunto se la consideraba como elemento dador de protección a la mujer y representación del mundo celestial y terrenal del hombre.

Consiste en un prendedor vertical compuesto por dos placas de forma desigual unidas por tres cadenas. La placa superior lleva como decoración incisa la figura de dos aves con sus picos enfrentándose. Las aves simbolizan la dualidad del hombre y mujer, lo femenino y masculino, mientras que la placa inferior representa la tierra, el hombre. Los discos o medallas que cuelgan de esta última placa tienen asociación con los antepasados, la familia.